Educación en la cronicidad: una ventana para la oportunidad

La imagen muestra una mano que ofrece un flotador salvavidas a otra mano que lo agarra

Más de la mitad de la población española mayor de 15 años presentaba un diagnóstico de algún proceso crónico en el año 2020, y estas cifras van en aumento. ¿Es casualidad?

Vivimos en una sociedad cada vez más longeva. Es decir, la población está cada vez más envejecida y, la cronicidad, entre otros factores, guarda relación con dicho envejecimiento. Y es que desde mediados del siglo pasado encontramos que dentro de las patologías más prevalentes cada vez se hacen más destacables enfermedades ligadas a la cronicidad como son el cáncer, la diabetes, algunas patologías cardiovasculares o respiratorias. Cada vez es más frecuente que procesos crónicos acompañen a la persona durante largos periodos, teniendo un impacto en su salud y su calidad de vida (González-Martín AM, et al. 2023). Es aquí, donde más importancia cobra el afrontamiento que la persona junto al sistema sanitario haga para lidiar con la situación. ¿Una misma patología tiene el mismo impacto en la calidad de vida de dos personas diferentes?

Supongamos que dos personas tienen una misma lesión, como pudiese ser una fractura a nivel de la mano y de los dedos. La primera de ellas se dedica al mundo de la música, es violinista. Su carrera profesional, círculo social, proyecto de vida y sustento económico, entre otros, están sujetas a la funcionalidad y precisión de su mano. La segunda, tiene un contexto completamente diferente, en el que su vida no está tan ligada a una tan alta demanda de la función y precisión manual. Dos personas, una misma lesión y, como ya supondréis, probablemente unos resultados finales completamente diferentes. Por tanto, la respuesta es no: el impacto dependerá no solo de la lesión, sino del significado que tenga ésta en la vida de cada individuo en particular.

Así, ante un mismo hecho, cada persona tiene una respuesta cognitiva, emocional y, consecuentemente, conductual diferente, lo que provocará un resultado final completamente diverso. Esta variedad de respuestas dependerá en definitiva de lo que la persona es, de lo que ha vivido y aprendido a lo largo de su vida, y del contexto que le rodea (Ellis A. 1991).

La educación terapéutica es una herramienta empleada por profesionales sanitarios de gran utilidad a la hora de ayudar a la persona a tener un mejor afrontamiento de un proceso crónico, a fin de lograr el mínimo nivel de impacto de una patología en su vida y, por tanto, el máximo nivel de calidad de vida posible. Cuando una persona afronta una enfermedad es común la aparición recurrente de incertidumbre, de pensamientos catastrofistas y rumiativos, y la puesta en evidencia de creencias distorsionadas que no se corresponden asertivamente a la realidad, con las consecuentes respuestas emocionales y conductuales. La educación pretende por un lado actuar ahí, a nivel cognitivo, a fin de romper mitos y re-educar basándose en la evidencia científica actual, pretende informar de forma veraz, accesible y personalizada, ayudar a cambiar pensamientos catastrofistas sobre la enfermedad, para buscar alternativas más realistas y proporcionales a la situación en sí. Pretende además ayudar a la persona a autoconocerse, a buscar unos objetivos y un plan de actuación ajustado a sus capacidades, necesidades y preferencias, y, por último, capacitarla para cada vez manejar de una forma más eficiente la situación que le ha tocado vivir. Busca personas autónomas (Yao L, et al. 2023; WHO for the E. M. Health Education. 2012; Przybylska D, et al. 2014).

En resumidas cuentas, la vida es como una partida de cartas. La mano que nos toca es la que nos toca y tenemos un relativo control sobre ella. En cambio, sobre lo que si tenemos decisión y control es sobre cómo jugar nuestras cartas en pro de los mejores resultados posibles. Como decía Nelson Mandela “la educación es el arma más potente que puedes usar para cambiar el mundo”, enseñar y capacitar a una persona es hacerla libre de tomar sus propias decisiones de una forma consciente, de alcanzar su máximo grado de independencia y, en definitiva, de cambiar SU mundo.

Referencias

  1. González-Martín AM, Aguilera-García I, Castellote-Caballero Y, Rivas-Campo Y, Bernal-Suárez A, Aibar-Almazán A. Effectiveness of Therapeutic Education in Patients with Cancer Pain: Systematic Review and Meta-Analysis. Cancers (Basel) [Internet]. 2023 Aug 16;15(16):4123. Available from: https://www.mdpi.com/2072-6694/15/16/4123
  1. Ellis A. The revised ABC’s of rational-emotive therapy (RET). J Ration Cogn Ther [Internet]. 1991;9(3):139–72. Available from: http://link.springer.com/10.1007/BF01061227
  1. Yao L, Kabir R. Person-Centered Therapy (Rogerian Therapy) [Internet]. StatPearls, editor. 2023. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK589708/
  1. (WHO), W. H. O. R. O. for the E. M. Health Education: Theoretical Concepts, Effective Strategies and Core Competencies. Cairo: Regional Office for the Eastern Mediterranean (2012).
  1. Przybylska D, Borzęcki A, Drop B, Przybylski P, Drop K. Health education as an important tool in the healthcare system. Zdrow Publiczne. (2014) 124:145–7. doi: 10.2478/pjph-2014-0032